Cada vez que llueve el agua arrastra por la ciudad innumerables misterios. Esta vez, lo que encontraron vecinos del Pasaje Tomás Chueca al 400 fue nada menos que una víbora.
La enorme serpiente irrumpió en su terreno y causó sorpresa.
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Cada vez que llueve el agua arrastra por la ciudad innumerables misterios. Esta vez, lo que encontraron vecinos del Pasaje Tomás Chueca al 400 fue nada menos que una víbora.
La enorme serpiente irrumpió en su terreno y causó sorpresa.
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